LA CONFESIÓN DE FE DE LA IGLESIA

Sección 1: Nuestra declaración de fe

Aceptamos la confesión de fe Bautista de Londres de 1689 (exceptuando las afirmaciones acerca de la identidad del Anticristo [26:4]), como nuestra principal confesión de fe. Encontramos en esta confesión una ayuda en la controversia, una confirmación en la fe, un medio de edificación en la justicia, una base para la unidad de la iglesia, y la asociación formal con otras iglesias. No obstante, reconocemos las inerrantes Escrituras como la suprema autoridad en todas las cuestiones de la fe, moral y orden público.  

Sección 2: Nuestra visión del matrimonio y de la ética sexual

En la confesión de fe Bautista de Londres de 1689 se afirma claramente en el capítulo 25, párrafo 1, que “el matrimonio es entre un hombre y una mujer; tampoco es lícito para ningún hombre tener más de una esposa, ni para ninguna mujer tener más de un marido.” Parece necesario a causa de la actual degradación generalizada de la moralidad sexual en nuestra cultura expresar nuestra opinión sobre este asunto de manera más concreta y formal.

Sección 3: Nuestra visión de la santidad de la vida.

La confesión de fe Bautista de Londres de 1689 claramente afirma la validez permanente de la ley moral como comprendida sumariamente en los Diez Mandamientos. Estamos, por tanto, obligados como iglesia al sexto mandamiento: “No matarás” y la santidad de vida que consagra. No obstante, debido a la abundante la ignorancia de la ley de Dios y sus implicaciones más básicas en nuestra sociedad, hemos de expresar nuestra fe en la santidad de vida como sigue: Creemos que toda vida humana es sagrada y creada por Dios. La vida humana en todas sus etapas, incluyendo no-nacidos y al final de la vida deben ser valoradas y respetadas (Salmo 51; 139).  Nos declaramos así en contra de toda forma de aborto y eutanasia. Sin embargo, creemos que la santidad de la vida no se contradice, sino que en realidad exige la pena de muerte en algunos casos.